El santuario de los masones

antonio_narino(Apartes del libro la Antorcha Brillante, biografia de Antonio Nariño escrita por Eduardo Escallón)

Antonio Nariño había diseñado la remodelación de un estudio en su vivienda para acoger allí a su tertulia. A partir de un dibujo de su puño y letra, comenzó a decorar una de sus habitaciones con imágenes e inscripciones cargadas de un misterioso sentido político, por los mismos días en que imprimió los derechos del hombre y del ciudadano. El plano de la obra era muy simple, pero lleno de significado. Se trataba del techo interior del cuarto y de sus paredes adyacentes. La superficie plana que cerraba en lo alto la habitación era el “CIELO” e iba pintado como tal. En el exterior, esta estructura era una cubierta a cuatro aguas, por lo que adentro había cuatro planos inclinados que iban del perímetro del cielo raso a las paredes. En estas inclinaciones laterales y altas estaban unas dedicaciones a la libertad, la filosofía, la razón y la sabiduría, cada una con una leyenda que la explicaba.

Bajo “LA LIBERTAD” decía “Aquél es verdaderamente libre, que no necesita poner los brazos de otros a fin de los suyos, para hacer su voluntad. 77, Rousseau”. Nariño diría más tarde que aquí él hablaba de la libertad “de un hombre en particular, y no a la libertad del gobierno”. A “LA PHILOSOFÍA” seguía, “Aquí el verdaderamente filósofo, que al estudio del corazón humano junta el amor a [sus] semejantes. ” Bajo “LA RAZÓN” ponía (al parecer, pues la caligrafía no es del todo clara): “No se sigue la razón cuando, sin oír las opiniones de los hombres, se escuchan los gritos de la fe”. Junto a “MINERVA”, diosa de la sabiduría, decía “O tú cualquiera que seas, detén el paso si no eres amigo de la razón, la verdad y de la filosofía”.

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